El juego de la imitación.
Propongo examinar esta cuestión: ¿Pueden pensar las máquinas?.
Deberíamos comenzar con definiciones de términos como ‘máquina’ y
‘pensar’. Estas definiciones podrían ser ajustadas de tal manera que
fueran capaces de reflejar, en lo posible, el normal uso de estas
palabras, pero esta actitud es peligrosa. (…)
Una nueva forma de enfocar el problema puede ser descrita en
términos de un juego que llamamos el “juego de la imitación.” Se hace
entre tres personas, un hombre (A), una mujer (B), y un interrogador ©
que puede ser de uno u otro sexo. El interrogador se encuentra en una
sala distinta a la de los otros dos (y no puede verlos). Para el
interrogador, el objetivo del juego consiste en averiguar cuál de los
otros dos es el hombre y la mujer. Los identifica con las etiquetas X e
Y , y al final del juego decide si “X es A e Y es B” o “X es B e Y es
A.” Al interrogador se le permite hacer preguntas a A y B de esta
manera:
C (interrogador): ¿Puede decirme X la longitud de su pelo?
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